09 mayo 2010

En este mar



Hoy vine a este mar para sumergir mi cabeza en sus aguas y dejar que la delicadeza de su movimiento oscilante limpiara las impurezas de mi mente. Hoy vine para que una a una, cada una de sus olas besara mi frente y se llevara consigo el desconsuelo de mis pensamientos, o para que al menos me hiciera olvidar las estrellas que no puedo dejar de imaginar en el cielo, esas estrellas que uso para navegar y las que suelo intentar alcanzar extendiendo mi mano hacia el firmamento… pero hoy los valles de las olas son muy profundos y sus picos están muy ariscos, por lo que cada vez que intento apartar las nubes otra ola golpea mi cuerpo y lo arrastra en un remolino de confusión de nuevo a un lugar sin ubicación.

Hoy el mar está agitado, el vaivén de sus olas mece mi cuerpo cansado que flota sobre su superficie irregular. Hoy no hay luna y tampoco hay sol, sólo el frío de esta agua salada que se resiste a tragarme completo y a mostrarme la soledad de su abismo, mientras tanto yo sólo quiero permanecer aquí, remolcado por su corriente, sin rumbo, entre la espuma arrastrada por el viento y las nubes revueltas que cubren al cielo que no puedo alcanzar, nubes de tormenta que relampaguean en silencio.

Hoy el mar está afligido y el viento trata de consolarlo, pero el mar es demasiado grande y el viento muy liviano como para cargarlo entre sus brazos, así que el mar brama sus sentimientos intentando desahogar su pesar en una batalla de la cual yo soy su único testigo y todo lo demás su enemigo.

Hoy, sus aguas oscuras se pelean entre sí y se enfrentan a golpes contra el viento. Es una pelea inútil, una pelea de frustración y una pelea necesaria. Nadie gana, nadie pierde… pero aún así los contrincantes no cesan los ataques que sacuden el lecho de ésta cama líquida donde reposo.

Hoy el mar está en conflicto consigo mismo y con el viento, el primero quiere batallar para liberar su ira y su desilusión pero el segundo lo ignora y se burla del anterior mientras baila entre sus olas, desgarrando de sus crestas las lágrimas que el otro se rehúsa a mostrar. Todavía flotando, yo sigo entre sus aguas esperando a que el cielo libere las gotas de lluvia que no quiere dejar ir, esas lágrimas reprimidas entre nubes de apariencia y engaño que no me dejan ver los rastros de luz salpicada que flotan por encima de éste mar en el que descanso. Después de todo, hoy el mar está revuelto… este mar de mis pensamientosAutor:kuroi

1 Comentarios...:

María Alejandra dijo...

Que bueno!... me encantó! :D lo sentí muy yo el texto jaja..