El mundo se quema, amor. El mundo se quema.
El calor de las llamas ha devorado nuestras ropas, una lamida a la vez. No es su culpa, cariño, ellas ya sabían que como las hojas secas en verano, su pudor estaba de más.
El fuego baila con las cenizas, amor, acariciándolas entre el aire hirviendo. Bailan y bailan, cariño, frenéticas en su deseo de teñir todo de rojo y gris, de rojo y de gris, consumiendo esta cama, estas paredes y este techo, dejándonos ver por última vez cómo el cielo nos observa apacible, distante.
Ellas avanzan, amor, borrando una a una las fronteras de este mundo, el tuyo y el nuestro, besando tu piel, admirando tu boca, susurrando tu nombre.
El mundo se quema, cariño, y yo no puedo dejar de pensar en mis dedos jugando con los tuyos, dejando a tus yemas marcar el camino del fuego que baila entre las cenizas de tú y yo.
El mundo se quema, amor Autor:
23 diciembre 2013
Fuego
21 abril 2013
Pensamiento del viento
Ten cuidado de enamorarte del viento, pues de las palabras que te dirá y las cosas que te dará nunca sabrás cuáles son propias y cuáles de alguien más Autor:
06 abril 2013
Aire
Aire. Aire que, como las olas del mar, siempre viene y se va, trayendo recuerdos que luego tienes que olvidar. Aire que respiras, aire que olvidas; sin embargo aire que siempre está.
Respiro y ahí está, llenando mi pecho con su invisibilidad.
Respiro y dejo ir.
Respiro y puedo sentir el peso de su frente contra mi piel, ahí en el medio de mi torso, justo debajo de mi mentón.
Respiro y estas aquí de nuevo, como el aire en la habitación.
Respiro y arqueo mis brazos alrededor de tu cuerpo, cubriendo mis manos con tu cabeza, mientras las tuyas prefieren recordar el contorno de mi boca, el borde de mi barbilla y los músculos de mi cuello, sólo para terminar reposando en los detalles de mi pecho como lo hacían cada vez que éramos tú, yo y la soledad de nuestros cuerpos, como lo han hecho siempre que quieren tranquilidad.
Respiro y se que todo es perfecto, que estoy donde debería estar, que no hay otro momento más que ahora, que luego de todos los tropiezos, las distancias, las palabras y los silencios, finalmente estoy completo pues contigo he encontrado mi calma. Contigo he encontrado mi calma…
… y respiro pero el aire ya no huele a ti.
Respiro y ya no siento el peso de tu cuerpo contra mi pecho.
Respiro y el aire está lleno de vacío.
Respiro, sólo respiro… Autor:
23 marzo 2013
Conteo
Los granos de arena no han parado de caer en este reloj de tiempos incompletos.
De meses vestidos de años que pasaron.
De años ahuecados.
Uno quiere esperar, uno se quiere marchar.
El tiempo ha pasado pero para uno todo parece igual cuando todo ha cambiado
Todo es igual.
Todo es diferente.
Uno a uno los granos siguen cayendo.
Señales regadas que invitaban a luchar.
Señales derrotadas que nunca fueron encontradas.
Señales ignoradas.
Señales que nunca fueron escuchadas.
Si tan solo pudieras pelear.
Si tan solo hubieras peleado...
Granos que caen.
Granos que se pierden entre otros tantos iguales.
No es acerca de las sonrisas.
Tampoco es acerca de las lágrimas.
Es sobre lo que no se quiere decir,
lo que no se quiere aceptar.
Es sobre palabras que parecían completas
y sobre acciones que las dejaban vacías.
Acciones que se perdían en un juego de querer y tener.
Juegos de querer y tener.
Sobre esa imagen que quieres conservar
y te rehusas a dejar marchar.
Porque mejor es tener.
Mejor es querer.
Tener.
Querer.
Querer.
Tener.
Querer tener...
Este reloj ha querido tanto,
pero está tan seco que sólo tiene granos de arena que ofrecer.
Este reloj sólo puede contar una cosa a la vez,
y hace tiempo que comenzó a contar tiempos que no son.
Quizás es momento de darle vuelta,
reiniciar el conteo
y empezar a contar desde cero Autor:
22 enero 2013
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